Cada año cada uno piensa que va a perder algo:
y claro que se pierde algo,
la muerte siempre ronda,
una amistad que se quiebra,
es inevitable el sacrificio a las horas que nos mantienen vivos.
Es por el reloj de valles y aguas
y el Tiempo,
único molino que no se detiene:
así,
avanzamos de un año a otro con un libro distinto bajo el brazo,
nuevas historias,
nuevo pasado,
memorias.
Cosas que olvidar.
Pero a un nuevo año
viene la sensación hechicera de que todo será cambio
y lo que estaba al revés se pondrá al derecho:
es una sensación gratificante...
Diciembre, 2006.
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